sábado, 25 de septiembre de 2010

Los Masai

Para los masai, el ganado es lo que determina la calidad de vida, y la carne y la leche son los mejores alimentos. Su antiguo ideal era vivir exclusivamente del ganado, ya que los otros alimentos los podían obtener mediante el trueque. Hoy, sin embargo, también necesitan cultivar.


Trasladan sus rebaños de un lugar a otro, de forma que el pasto pueda volver a crecer. Tradicionalmente, esto ha sido posible gracias a un sistema comunal de tenencia de tierras en el que todos comparten el acceso al agua y los pastos de una zona.
Hoy en día, los masai se han visto cada vez más forzados a sedentarizarse y muchos consiguen trabajo en las ciudades.
La sociedad masai se organiza en grupos de edad masculinos, cuyos miembros deben superar ritos de iniciación para convertirse en guerreros, y más tarde ancianos.
No tienen jefes, aunque cada sección tiene un Laibon o líder espiritual. Los masai veneran a un dios que vive en todas las cosas, pero que puede manifestarse tanto de forma benévola como destructiva. Actualmente, sin embargo, muchos masai pertenecen a varias iglesias evangélicas.

¿A qué problemas se enfrentan?

Una de las amenazas más inminentes para los masai la constituyen los cazadores de la región de Loliondo, en el norte de Tanzania. Allí, las autoridades han quemado poblados masai, y miles de sus habitantes han sido evacuados brutalmente para conceder un mayor acceso a territorios de caza a una compañía, la Otterlo Business Corporation Ltd (OBC).
Los masai de Loliondo viven ahora sin techo, y su ganado está muriendo al no tener acceso al agua y los pastos.

William Kikanae, jefe de la tribu masai. Los masai, tradicionalmente nómadas, ocupan una superficie de tierra que se mueve entre Kenia y Tanzania y se han caracterizado desde tiempos inmemoriales por tener una comunión con la naturaleza casi mística. Para ellos, el ganado es sagrado y, por extensión, los pastos y la tierra que les envuelve. Por ello y por su fama de tozudos guerreros, en la situación actual de Kenia, se pueden convertir en garantes de la estabilidad de la naturaleza.
Desde la época colonial, la mayor parte de lo que fuera territorio masai ha sido usurpado por haciendas o granjas privadas, para proyectos gubernamentales, parques naturales o concesiones privadas de caza. En general, conservan sólo las áreas más secas y menos fértiles.

El estrés que esto provoca en sus rebaños se ve con frecuencia agravado por los intentos del Gobierno de “desarrollar” a los masai, basándose en la idea de que tienen demasiado ganado para la extensión de tierra.

Sin embargo, en realidad son productores ganaderos muy eficientes, y rara vez poseen más animales de los que necesitan o de los que la tierra puede sustentar. Estos intentos de “desarrollarles” tratan de modificar su sistema de acceso compartido a la tierra.


Mientras que esto ha favorecido a los no indígenas y a algunos masai emprendedores que han tenido los medios para comprar tierras o venderlas, a menudo ha empobrecido el suelo y ha traído pobreza a la mayor parte de los masai, que se han quedado con poca tierra y la menos fértil.

2 comentarios:

  1. me encanta este sitio!

    los voy a seguir leyendo...todo es bello, la cultura, las fotos, los artículos.

    una tarea necesaria para todos nosotros, volver a la sabiduría original.

    besos

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  2. Gracias, Alelí, el placer es nuestro al saber que te gusta nuestro trabajo. Recuerda que puedes colaborar sugiriendo temas o haciéndonos llegar enlaces de tu interés. Suerte!

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